De la autoexigencia a la amabilidad contigo mismo
Muchas veces nuestro diálogo interno está cargado de «tengo que» y de perfección imposible. La autoexigencia puede impulsarnos, pero si se convierte en norma, nos roba la autoestima y el disfrute. Reemplazar un «tengo que» por un «quiero» o un «me gustaría» nos libera del peso de la obligación y nos acerca a un trato más amable con nosotros mismos. Porque vales por lo que eres, no por lo que logras.