En las horas que destinamos a dormir, nuestro cuerpo lleva a cabo diferentes procesos para restaurar el organismo.
Vamos a repasar cuáles son:
- Procesos cognitivos: la calidad del sueño tiene un efecto muy positivo en el funcionamiento de los procesos cognitivos.
- Envejecimiento normal o patológico: los estudios muestran que la restricción continuada en diferentes períodos de tiempo a lo largo de nuestra vida potencia un envejecimiento patológico. Es decir, nuestro cerebro pierde antes de lo habitual capacidades como memoria, agilidad y otras muchas funciones.
- Neuroplasticidad cerebral: es la capacidad que tiene nuestro cerebro para cambiar su estructura y su funcionamiento a lo largo de su vida, adaptándose a las necesidades de cada etapa. Se ha visto que este proceso sucede en la fase de ondas lentas o fase de sueño profundo. Ello es debido a que, en la fase de vigilia, la actividad de las neuronas no permite estos cambios.
- Cefalea: a menudo, la cefalea es una consecuencia de no haber dormido lo suficiente e, incluso, por dormir más horas de las necesarias.
- Estado de ánimo: para tener un buen estado de ánimo, es necesario contar con las capacidades a pleno rendimiento.
- El estado de ánimo es la percepción final de cómo valoramos nuestro día. Si hemos tenido baja concentración y no hemos recordado cuestiones importantes, con alta probabilidad, nuestra valoración va a ser negativa. Si se mantiene en el tiempo, puede generar sentimientos de incapacidad, tristeza y ansiedad.
- Cuando restringimos nuestro sueño, solemos tener un estado de ánimo irritable y favorecemos los conflictos en nuestras relaciones personales y laborales.