La crítica constructiva tiene la ventaja de que ayuda a defender los derechos de que la realiza, ayuda a mejorar a quien la recibe y facilita la comunicación. No obstante el principal inconveniente es que no nos suele gustar recibirlas. Es por ello que es importante entender las críticas, no como juicios de valor sino como peticiones de cambio.
1. Elegir el momento adecuado (tanto para mí como para la otra persona)
- Las peticiones de una en una.
- Preparar de antemano.
- Decir algo positivo.
Ej. “Me encanta la convivencia contigo…”
2. Decribir y concretar
- Limitarse a describir la situación.
- No juzgar.
Ej. “…pero sueles dejar la ropa sucia tirada por todas partes…”
3. Cómo me afecta
- Describir sin reprochar al otro de nuestras emociones.
Ej. “…y esto me hace sentir…”
4. Empatizar
- Recoger que entendemos por qué se comporta así.
Ej. “…entiendo que tras una jornada dura, lo último que te apetezca sea dejar la ropa sucia en el cesto, o meterla a la lavadora…”
5. Asumir nuestra propia responsabilidad
Ej. “…igual yo soy muy tiquismiquis…”, “…tal vez le esté dando demasiada importancia…”
6. Pedir soluciones
- No imponer.
Ej. “…qué crees que podríamos hacer…?”
7. Ofrecer alternativas
Ej. “…Qué te parece si cada día uno se encarga de…?”
8. Avisar consecuencias (tanto positivas como negativas)
- Si cambio: Motivar y reforzar.
Ej. “…genial, así me sentiré mejor”
- Si no cambio: Nueva búsqueda de alternativas y volver a avisar consecuencias.
Ej. “…esto podría hacer empeorar la relación…”